Esta obra elaborada en acrílico sobre lienzo y gemas, es el resultado de un apasionante viaje en la búsqueda del interior del arte inspirado en la naturaleza y sus formas de la artista francesa Sèraphine Louis, perteneciente a los pintores “naifs” o también llamados “pintores del Sagrado Corazón”; quien manifestaba que comenzó a pintar por indicación de los ángeles y la virgen. Este cuadro busca atraves de su centro realizar una búsqueda espiritual armónica mediante la calma. En este centro nos espera la fuerza y la energía, así como el equilibrio, el silencio y la serenidad. Es una danza de color alrededor de una forma concéntrica que evoca la naturaleza de las hojas y las flores de la artista homenajeada, quien representa una gran inspiración para mí en la elaboración de este cuadro porque a pesar de que Seraphine no estudio pintura y trabajo como criada logro plasmar en sus obras el jardín de la naturaleza que entre la realidad y la fantasía se mezclaron y absorbieron todo su espíritu hasta quedar vacio y desequilibrado hasta su muerte. Nos dejo como enseñanza a los que amamos y respetamos la naturaleza que hablar y abrazar a los árboles y a las flores, constituyen un acto de afecto inspiracional para nuestras creaciones artísticas y que solo basta el deseo poderoso de expresión de nuestro espiritu, por que los materiales y el conocimiento pueden ser creados por nuestra imaginación y preparados de manera artesanal para alcanzar el objetivo.
Este cuadro busca ser un instrumento de meditación para quienes la practican, desean practicarla o para quienes buscan armonizar un lugar, mediante la enseñanza de afecto hacia la naturaleza que ella nos dejo por medio de un corazón resplandeciente que evoca todo lo sagrado y mistico que significa ella para el mundo del arte . Los colores empleados buscan producir mediante sus vibraciones una unión equilibrada entre cuerpo, mente y espíritu. Busca un movimiento espiritual hacia la apertura del amor, que nos inspira a ser buenos, ser amables, amistosos y compasivos. La energía más poderosa y liberadora que tenemos es el AMOR. Esta trae paz, belleza interior y poder intelectual. Estos colores buscan un balance para fortalecer el cuerpo, simbolizar el ciclo de armonía de la naturaleza, la abundancia económica, la prosperidad, la pasión, el amor, la juventud, la felicidad y el sentimiento de unión.
Las gemas empleadas buscan ser un complemento a los colores elegidos para esta obra para lograr el equilibrio natural, mediante el poder universal que tienen de poner a la energía en circulación. Ellas han sido creadas por nuestro planeta y sus elementos nos unen con la fuerza nutritiva y protectora de la Tierra. Son poseedoras y transmisoras de luz, pureza y energía. Armonizan nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Junto con los colores y las formas son una terapia de sanación energética. Además también pueden funcionar como una guía en la meditación.